Por: Fabio Uribe Suelo recordar historias de mi padre, Pedro, cuando mencionaba la cantidad de trabajos que se habían perdido en las fábricas como resultado de la incursión de maquinaria. Me acuerdo muy bien de la jabonería donde trabajaba; de pequeño me llevaba los fines de semana para ver como se fabricaba el jabón de baño que usábamos en casa. Era una experiencia que de niño me marcó de felicidad, era estar donde mi papá trabajaba, era una forma de compartir conmigo y enseñarme la importancia del trabajo. Recuerdo que frente a los talleres había un campo verde muy grande donde sus trabajadores solían jugar fútbol, donde el olor a hierba fresca se mezclaba con el de las rosas color naranja que se agrupaban cerca de la casa de los cuidanderos de la fábrica; y que para nosotros, en esas visitas con mamá y mis hermanos, nos servía de tarde de campo para allí almorzar, compartir y jugar. No olvido tampoco cuando comencé a ver más tiempo a papá en casa. Me enteré después que más de la mi